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Debat:

POSTMODERNITAT I RAÓ
Participants: Daniel Raventós, Maria Júlia Bertomeu, Edgar Manjarín
Autor: Maria Júlia Bertomeu, en defensa de la il·lustració.
Data:  Dijous 5 de novembre

Ponència: Maria Júlia Bertomeu.

¿Qué es la Ilustración? Entre otras cosas, un proyecto político emancipatorio

Deseo agradecerles por el soberbio elogio a la razón de vuestro Manifiesto2020, y muy especialmente porque junto a Toni Domènech recuerden también a Mario Bunge, otro filósofo que siempre batalló con valentía en contra del irracionalismo ahí donde se lo topara. Sirva como un homenaje para ambos, dos incansables luchadores por el “sapere aude”.
Fui invitada a esta mesa para hablar sobre la ilustración -un concepto político, que Toni siempre pensó de esta manera-. La ilustración tiene una historia que en muchos momentos corre paralela con la modernidad. Ambos conceptos recibieron todo tipo de críticas que -por más justas que puedan ser algunas- no eliminan su carácter emancipatorio.
La pregunta “qué es la ilustración” nació en la Europa dieciochesca y, como pregunta, tuvo su origen en suelo alemán, concretamente en el año 1783 cuando una revista periódica berlinesa publicó un artículo de un teólogo alemán -Johann Zöllner- que en una nota al pié introdujo la pregunta y despertó un aluvión de respuestas, una de ellas la muy política respuesta kantiana del año 1784, el segundo artículo de los quince que aparecieron entre 1784 y 1796. Los textos se multiplicaron en revistas y panfletos, tanto fue así que en un escrito anónimo de 1790 se llegó a hablar de que el término había desatado una “guerra de todos contra todos”.
Como kantiana que soy, siempre pensé a la ilustración en términos políticos, y también como un concepto que requiere una mirada histórica e institucional, y en el caso de Kant y de algunos otros ilustrados alemanes -pero no de todos-, como un proceso de evolución histórica e institucional de despliegue del concepto de libertad entendido como “independencia” –moral, espiritual y material-. Independencia frente al dominio y el imperio de los poderosos, ahí donde los hubiera: la monarquía, la nobleza, el clero, los funcionarios prusianos que no se atrevían a pensar por sí mismos y ejercían censura desde la Cátedra y a quienes Kant, por eso mismo, les puso el mote de “menores de edad”; y los grandes apropiadores de tierra que con sus privilegios hereditarios acumulaban (y aún hoy acumulan) la propiedad de la tierra, la principal garantía del derecho a la existencia de todos, en sentido cosmopolita…